Por Clara García – Sandoval Ruiz, Psicóloga, Directora de Psicólogos Sevilla – Cribecca, Especialista en Salud Mental y Envejecimiento.
La depresión es una de las afecciones de salud mental más prevalentes del mundo. La Organización Mundial de la Salud estima que más de 280 millones de personas la padecen. Durante años, los tratamientos para la depresión más comunes han girado en torno a los antidepresivos y la psicoterapia, una dupla efectiva en muchos casos. Sin embargo, un número creciente de personas no encuentra suficiente alivio solo con medicamentos o busca enfoques más integrales. En ese contexto, las terapias alternativas han ganado terreno, y es fundamental analizarlas desde una mirada profesional y basada en evidencia.
¿Qué entendemos por “terapias alternativas”?
El término “alternativo” no significa “mágico” ni “sin base científica”, aunque lamentablemente a veces se use así. Nos referimos a enfoques complementarios o no tradicionales que, solos o combinados con tratamientos convencionales, pueden aportar beneficios en el manejo de la depresión.
Estos métodos no reemplazan a la psicoterapia o a la farmacología en casos moderados o graves, pero sí ofrecen recursos valiosos para ampliar la red de apoyo, mejorar el bienestar general y fortalecer la autonomía del paciente.
1. Ejercicio físico como terapia
No se trata solo de “mover el cuerpo”: el ejercicio regular, especialmente el aeróbico, tiene efectos antidepresivos demostrados. Estudios controlados han mostrado que caminar 30 minutos al día puede tener un impacto similar al de un antidepresivo leve en casos de depresión leve o moderada.
El ejercicio ayuda a:
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Aumentar la liberación de endorfinas y serotonina.
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Mejorar el sueño y el apetito.
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Regular el estrés y la ansiedad.
Además, genera una sensación de logro que contrarresta la apatía típica de la depresión.
2. Mindfulness y meditación
La práctica del mindfulness, o atención plena, se basa en observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos. Programas como MBCT (Mindfulness-Based Cognitive Therapy) han sido ampliamente estudiados y han mostrado eficacia especialmente en la prevención de recaídas en personas con depresión recurrente.
Beneficios:
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Reduce la rumiación (darle vueltas a los pensamientos negativos).
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Disminuye la reactividad emocional.
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Mejora la conexión cuerpo-mente.
Se puede practicar de manera guiada en terapia o mediante aplicaciones confiables (aunque esto último no sustituye la guía profesional).
3. Terapias basadas en el cuerpo: yoga y técnicas somáticas
El yoga terapéutico, que combina movimiento suave, respiración y meditación, también ha demostrado efectos positivos. Algunos pacientes reportan mejoras en su ánimo, concentración y reducción de la ansiedad.
Asimismo, técnicas como el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular), originalmente desarrollada para el tratamiento del trauma, han mostrado beneficios en ciertos tipos de depresión vinculados a eventos traumáticos.
4. Terapias artísticas y creativas
La arteterapia, la musicoterapia y la escritura terapéutica ofrecen espacios no verbales para explorar emociones profundas que a veces cuesta poner en palabras. Aunque aún faltan más estudios rigurosos, se observa una mejora en la expresión emocional, la autoestima y la regulación afectiva.
La creatividad, en este contexto, no busca producir arte “bonito”, sino conectar con uno mismo de manera auténtica.
5. Intervenciones nutricionales y microbiota
El vínculo entre salud intestinal y salud mental es un campo de estudio fascinante y emergente. Algunos estudios sugieren que dietas ricas en alimentos procesados y azúcares simples pueden empeorar los síntomas depresivos, mientras que una alimentación basada en vegetales, omega-3 y probióticos puede tener efectos protectores.
Aunque ningún alimento cura la depresión, comer bien es parte del tratamiento, no solo un complemento estético.
6. Terapias asistidas por animales
El vínculo humano-animal tiene un potente efecto emocional. Las terapias asistidas con perros, caballos o incluso gatos, pueden generar mejoras en el ánimo, la motivación y la interacción social en personas con depresión.
Son especialmente útiles en niños, adultos mayores y pacientes con dificultades para expresarse verbalmente.
¿Hay riesgos con estas terapias?
Sí, y es importante ser claros. El principal riesgo es reemplazar un tratamiento clínicamente necesario por métodos no probados, especialmente en depresiones severas, con riesgo suicida o con comorbilidades psiquiátricas.
Por eso, siempre deben ser supervisadas por un profesional de salud mental, integradas dentro de un plan terapéutico personalizado y ajustadas a las necesidades y preferencias del paciente.
Hacia un enfoque integral
La depresión no es un simple desequilibrio químico ni un estado de ánimo pasajero. Es una condición compleja, con múltiples causas y manifestaciones. Afortunadamente, hoy contamos con una amplia gama de herramientas terapéuticas que permiten abordar la salud mental desde una perspectiva más humana, holística y personalizada.
Como psicóloga, invito a mis colegas y a la comunidad en general a no limitarse a una sola vía de tratamiento. El bienestar emocional se construye día a día, y muchas veces, pequeños cambios sostenidos (como caminar, meditar, crear, alimentarse bien o conectar con otros) pueden abrir espacios de alivio y esperanza que la medicación por sí sola no alcanza.
Sobre la autora
Clara García – Sandoval Ruiz es psicóloga y directora de Psicólogos Sevilla – Cribecca, un centro especializado en salud mental y bienestar emocional. Licenciada en Psicología por la Universidad de Sevilla, ha complementado su formación con el Máster Sanitario de Práctica Clínica en Salud Mental y el Máster en Geriatría y Cuidados Integrales del Envejecimiento, lo que le ha permitido desarrollar una visión integral del cuidado psicológico en todas las etapas de la vida.
Con una sólida experiencia clínica y un enfoque centrado en la persona, Clara combina herramientas basadas en la evidencia con una mirada empática y cercana. Está colegiada en el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental con el número AN0-7231.