
Del 21 al 23 de febrero, Réplika Teatro presenta Matrimonio Blanco, una obra del autor polaco Tadeusz Rózewicz, traída por Cía. La Peatonal en su cuarta producción. Bajo la dirección de Flavia Forni, Iciar Ventepan y Jaime Cano, esta propuesta revisita, a través de la comedia grotesca, un texto que, aunque fue escrito en 1975, sigue reflejando la realidad contemporánea, especialmente en lo que respecta a la violencia sexual dentro de la familia.
La trama se desarrolla en un hogar donde dos niñas son forzadas a enfrentar el delirio de la adultez. En este entorno se encuentran un Papá-Toro, tres Cocineras que son la misma persona, una Madre y una Tía que habitan en un live-shopping, y un Abuelo que salta sobre cualquier figura femenina. Esta familia podría ser el arquetipo de un mundo no tan distante y delirante, donde la norma es ocultar lo que emana del cuerpo. Tal vez, la regla sea la des-educación sexual.
El abuso disfrazado de juego y la ruptura con lo normativo
La narrativa de Matrimonio Blanco se desencadena con la inminente boda de Bianca, una joven aterrorizada por su despertar sexual y atrapada en un matrimonio de conveniencia. Esta tradición lejana sirve como pretexto para explorar un relato que, de manera sutil, ilustra cómo las conductas patriarcales pueden propiciar episodios de acoso o abuso en espacios que deberían ser seguros.
El abuso no siempre es evidente; puede manifestarse como un juego, risas o engaño. ¿Acaso Rózewicz ya señalaba que la mayoría de los abusos ocurren en el hogar? ¿Estaba cuestionando la relevancia de lo genital? La directora e intérprete Flavia Forni comenta: «Traemos esta obra porque nos sorprendió que un texto escrito en los 70 resuene tanto en nuestra actualidad». Esta adaptación va más allá, utilizando las bases dramatúrgicas y simbólicas de Rózewicz para ofrecer una perspectiva que desafía lo normativo, a través de personajes que constantemente juegan con la identidad y los roles de género, lo que invita a cuestionar el binarismo establecido.
El contraste de lo grotesco con la pulcritud
La compañía opta por el humor negro como herramienta para abordar un texto que desafía los límites de la provocación. Utilizando la commedia dell’arte, presentan personajes grotescos que actúan desde la visceralidad. Iciar Ventepan, también directora e intérprete, señala: «Aunque la commedia dell’arte fue un punto de partida para despertar el cuerpo hiper expresivo, descubrimos que se alineaba perfectamente con el código grotesco que estaba tomando forma en la propuesta. Además, siendo cuatro actores y actrices para ocho personajes, esta técnica nos ha permitido explorar un universo de corporalidades.»
Los personajes se presentan en un espacio que juega con la pulcritud, el orden y lo onírico, diseñado por Pablo Chaves, quien ha trabajado en producciones como ‘La fortaleza’ (Teatro de la Comedia) y ‘Cucaracha con paisaje de fondo’ (Teatro Español). La pieza cuenta con el respaldo del Instituto Polaco de Cultura y de la sala Réplika Teatro | Centro Internacional de Creación, donde la compañía ha llevado a cabo su residencia artística.
